El cine y las pandemias.

Un análisis sobre los contenidos, protocolos y espacios de exhibición en tiempos de crisis sanitaria.

Cinema and pandemics.

An analysis of the contents, protocols and form of exhibition in times of a health crisis.

Recibido:10 de diciembre 2020 Aprobado: 05 de febrero 2021

Santiago Gerardo Andrade Brito
Autor independiente

Resumen

La pandemia de la covid-19 cambió las dinámicas de vida de las sociedades globalizadas. En un mundo hiperconectado, los confinamientos nunca estuvieron contemplados. La imposibilidad de movilizarse y realizar actividades simples y normales en la vida diaria, cambiaron por los espacios cerrados de las casas. El cine, al igual que otras artes e industrias, sufre las consecuencias de una de las peores crisis sanitarias y económicas en los últimos cien años, y se plantean varios retos en el presente y futuro de las artes visuales con respecto a su migración a las plataformas de streaming y su competencia en el ciberespacio con las grandes corporaciones.

Palabras clave: Cine de autor, Pandemia, COVID-19, Globalización

Abstract

The pandemic of covid-19 has changed the dynamics of life in all globalized societies. In a hyperconnected world, confinements were never contemplated. The impossibility to mobilize and perform simple and normal activities in daily life, have changed by the spaces private and limited house spaces. The cinema, as other arts and industries, is suffering the consequences of one of the worst health and economic crises in the last 100 years. And several challenges are posed in the present and future of the visual arts with respect to their migration to streaming platforms and their competition in cyberspace with large corporations.

Keywords: Arthouse cinema, Pandemic, COVID-19, Globalization

El cine y las pandemias.

Un análisis sobre los contenidos, protocolos y espacios de exhibición en tiempos de crisis sanitaria.

A lo largo de la historia, el ser humano ha vivido diferentes catástrofes, guerras y pandemias que han modificado el desarrollo normal de sus vidas. La globalización fue el principal factor para que la covid-19 se haya esparcido rápidamente hasta rincones impensados de nuestro planeta Tierra. Sin duda, la historia hablará de la covid-19 como uno de los sucesos más dramáticos, trágicos y dolorosos para la humanidad por el impacto en la salud, lo social, económico y psicológico. La ONU declaró en la última semana de noviembre de 2020, que la pandemia nos hará retroceder cuarenta años si no tenemos un plan colaborativo para los países en desarrollo; regiones como Latinoamérica, Medio Oriente, y gran parte del continente africano se encuentran en su peor recesión económica.

La mayoría de profesiones se han reinventado por las leyes estrictas de confinamiento que se viven desde mediados de marzo en todo el mundo, y el cine no ha sido la excepción. El gran grueso de la población nunca estuvo preparado para cambiar drásticamente sus hábitos y espacios de trabajo por los de sus casas. Peor aún, sectores como los de salud, limpieza, producción y distribución de alimentos, transporte, entre otros. La región más golpeada por la pandemia, y que está teniendo un impacto inmediato y a largo plazo es Sudamérica. Solo en Perú un 40% de sus trabajadores pertenecen al sector informal de la economía. Es decir, no cuentan con acceso a pensiones, bajas por enfermedad, vacaciones remuneradas y peor seguro médico. Argentina, que tiene un nuevo gobierno desde hace un año, también sufre los efectos devastadores por instaurar uno de los confinamientos más estrictos. Un 40% de su población vive bajo la pobreza, se prevé que cuando termine la pandemia, uno de cada dos argentinos serán pobres (Chiappe 2020).

El caso ecuatoriano no es la excepción, ya en octubre del año anterior -cuatro meses antes de que se confirmara el primer caso de la covid-19 en este país- se desarrolló una de las protestas más violentas de los últimos tiempos por la eliminación de los subsidios a los precios de los combustibles por decreto Santiago Gerardo Andrade Brito presidencial. Esto provocó el descontento de varios sectores populares de la población. Se avecinaba un panorama oscuro respecto a nuestra economía, sin opciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2020. Sin embargo, con la pandemia, la situación se agudizó. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) oficializó sus cifras con respecto al desempleo en el país, que pasó de 3,8% en diciembre de 2019 a 13,3% en agosto de 2020. Es decir, más de un millón de personas han perdido sus trabajos en la actualidad. El grupo más afectado ha sido el de los jóvenes, solo un tercio de ellos tienen empleo adecuado actualmente. Una generación más preparada que las anteriores queda excluida. Son cerca de dos millones de ecuatorianos que están entre 18 a 29 años -edad productiva- y solo el 33% poseen empleos estables. El Banco Central del Ecuador informó que la economía decrecerá en 8,9% al finalizar el año (Angulo 2020).

Y aunque tenemos grandes avances tecnológicos, observamos que un simple virus -como se refirieron presidentes y primeros ministros de países del primer mundodetuvo el desarrollo normal de la humanidad. La covid-19 se transmite a gran velocidad y más en una sociedad con economías globalizadas donde todos dependemos del otro. En cierta medida, la ciencia ficción vaticinó el caos que viviría el mundo en libros como “La peste”, de Albert Camus y en una mayor expresión visual en el cine, 12 Monos, de Terry Gilliam, Contagio, de Steven Soderbergh, entre otros. Lo que en un momento pudo parecer ciencia ficción ha dejado de serlo.

El impacto en las artes visuales ha sido fulminante. Al ser un área que combina el trabajo en campo abierto y que aglomera personas, sus actividades tuvieron que parar, cancelar producciones, películas, obras, entre otras. Las grandes compañías de cine optaron por cambiar las fechas de sus estrenos sin un panorama claro hasta hoy, por el cierre de las salas de cine. Pero la capacidad de reinvención del ser humano permitió que la gente migre masivamente a lo ciber-digital y en el caso del cine, las plataformas de streaming por subscripción.

Las pandemias y la historia reciente

A continuación, una breve reseña sobre las pandemias con más impacto en la historia de la humanidad, sus efectos letales (tasa de mortalidad) y su repercusión en la economía, política y principalmente en la sociedad. Se ha definido a los virus y las bacterias como los grandes asesinos de la gente. Científicos y la Organización Mundial de la Salud han tratado de alertar a los gobiernos sobre los efectos nocivos que tendría una pandemia en la vida de la población. Cuando la covid-19 era todavía catalogada como epidemia, varios sectores -vinculados mayormente al capitalismo global- deslegitimaron las observaciones sobre este virus y el impacto real que podría llegar a tener en el mundo.

La peste negra

La peste negra tiene un vínculo con la humanidad por la imposibilidad de controlar los rebrotes hasta la actualidad. En el siglo XIV -entre 1346 y 1353- se vivió la peor época de esta enfermedad. En esos años no había nada cierto sobre su origen y peor algún avance para contrarrestar su impacto en la salud de la gente. Su propagación fue a gran velocidad a través de los principales puertos marítimos de Europa.

Después de cinco siglos se descubrió que su origen animal fue las ratas, ya que era muy común que en la Edad Media convivan dentro de las grandes ciudades y por ello su propagación tan voraz.

“Los números que dejó tras de sí esta epidemia son estremecedores. Por ejemplo, según los datos que manejan los historiadores, la península Ibérica habría perdido entre el 60 y 65% de la población, y en la región italiana de la Toscana entre el 50 y el 60%. La población europea pasó de 80 a 30 millones de personas” (Virgili 2020).

Viruela

El virus variola es conocido desde hace 10 mil años y es el causante de la enfermedad de la viruela. Es extremadamente contagiosa, en la historia de la humanidad llegó a tener hasta casi un 30% de tasas de mortalidad. Se esparció por el mundo nuevo en la época de los conquistadores, cuando se utilizaron barcos para navegar de continente a continente. Europa fue nuevamente el más afectado, su población sufrió drásticamente durante el siglo XVIII. A través de la vacunación se ha logrado erradicar a la viruela (Gavaldà 2019).

Gripe española

La peor pandemia de la historia reciente fue la tan temida gripe española, mató a cerca de 50 millones de personas alrededor del mundo. Entre 1918 y 1920 se contagió casi un tercio de la población. Hubo más muertes que en la Primera Guerra Mundial. Se la denominó así porque en España no hubo restricciones sobre la información de la enfermedad, mientras que en otros países se ocultó a la población (Duarte 2020).

Tiempo antes de la gripe española, Hollywood vivía su auge delirante. Por mala fortuna en esa época también se minimizaron los efectos de la pandemia, se pensó que afectaría solo a una parte del mundo. Sin embargo, cuando llegó a Los Ángeles las restricciones se intensificaron y el cierre de los cines fue inminente a partir del 11 de octubre de 1918. Y aunque no se prohibió rodar películas, porque no aglomeraban a demasiadas personas, los cines sí se encontraban cerrados. Esto provocó una pérdida económica significativa para el mundo de las artes; para frenar el impacto tuvieron que llegar a acuerdos con los grandes actores de la época, cancelar sus contratos mientras durara la pandemia y así poder cubrir los sueldos de los demás empleados. Las pérdidas humanas más sonadas en el mundo del cine -a causa de la gripe española- fueron Harold Lockwood (actor), John Collins (director de cine), Vera Kholodnaya (actriz), entre otros (Triguero 2020).

Covid_19 y el cine de autor

La pandemia ha sido la excusa perfecta para adherirnos al concepto de una de las palabras más usadas en nuestro vocabulario: reinventarse. En Google Trends se visualiza las palabras y frases que más busca la gente en el navegador: “Reinventarse en medio de la pandemia”, “Reinventarse uno mismo”, “Reinventarse para cambiar de vida”. Por ello, el cine de autor -en medio de la tragedia mundial- ha tenido un espacio importante para replantear el enfoque comercial y banal de las industrias.

El cineasta Albert Serra desarrolla la idea sobre un hastío y asco generalizado del público, ante tanto contenido basura rondando por Internet. Además, plantea el concepto de que el cine de autor se encuentra en el espacio ideal para salvar al mundo de los clichés que nos han colonizado con contenidos no elaborados ni pensados, difundidos y viralizados con tanta facilidad en redes sociales y otras plataformas (El Cultural 2020).

El tiempo y las circunstancias son ideales para que el verdadero cine de autor poetice y diseñe su trabajo, se centre en su encanto visual y textual, con el objetivo de entregar opciones profesionales a una generación sometida y seducida por el Internet. “Ante la incertidumbre social y política, que la industria del entretenimiento no puede disfrazar ni contener, y que el periodismo no sabe explicar, el cine de autor responderá con imágenes más inciertas si cabe, que oscurecerán aún más la trama de nuestras vidas” (El Cultural 2020).

El cine de autor nace ante la misma necesidad de plasmar imágenes que trasciendan, que inviten a pensar y repensarnos sobre su contenido altamente cargado de conceptos, significados, ideas y más. Un espacio para cambiar y experimentar la dinámica instaurada en el cine del siglo XXI. Se ubica al cine de autor en un punto intermedio entre lo narrativo y lo no-narrativo. Está fuera de lo que la globalización ha normalizado como el típico filme que lleva el sello de Hollywood. Hay hojas en blanco para desarrollar -muchas veces- escenas que para la tradicional forma de pensar carecen de lógica, sin sentido, enfoques distintos, lleno de circunstancias triviales, pero que nos invitan a pensar, discutir o ir mucho más allá. “Los directores-autores, que a menudo escriben sus guiones, utilizan una serie de recursos -como saltos abruptos, tomas muy largas, planos extraños- que nunca veríamos en películas ...” (Lamata).

La discusión sobre el cine de autor fue intensa en zonas europeas, principalmente en Francia que tuvo acalorados debates. En los Estados Unidos el crítico Andrew Sarris lanzó un artículo controversial sobre el tema “Notes on the Auteur Theory in 1962”. Elaboró sus estudios y teorización de la autoría cinematográfica y sus principios se han resumido en tres partes: 1. El director se implica en todo, se le considera autor indiscutible. 2. El guion de la película debe ser obra del director y 3. Todas las películas del director deben guardar una serie de características respecto a su técnica narrativa y estilo visual (Frías 2005, 55-56).

En la actualidad es un reto darle espacio al cine de autor por la violenta globalización que ha provocado la estandarización de las ideas y productos. Aunque suena a cliché, es complicado salir del sistema, queramos o no, somos parte de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). A pesar del avance descontrolado del ciberespacio en los últimos 30 años, la vigilancia aún está marcada por las grandes empresas tecnológicas o por gobiernos dictatoriales o autócratas. Se debe trabajar en una inteligencia colectiva para no caer presos del algoritmo que busca controlarnos, predecir nuestros comportamientos y manipularnos psicológicamente para tomar acciones en beneficio de estos sectores. Si bien la idea sobre el cine de autor en la web puede ser difusa, sin duda el espacio digital hoy se convierte en un aliado estratégico para salirnos del círculo tan prostituido de medios tradicionales con contenidos elaborados para la venta masiva, representando al capitalismo en su máxima expresión.

El reto está en trabajar en los conceptos del cine de autor para adaptarlos a la web, llegar a los públicos que ansiosamente esperan por productos que salgan de la común estandarización que hoy encontramos en las grandes salas de cines y en las mega empresas de streaming. Estamos frente a una era tecnológica en desarrollo y que ha generado conocimiento más que en cualquiera otra época de la humanidad. El cine de autor debe buscar su espacio, labrar el terreno y empezar a trabajar, de lo contrario quedará extinguido definitivamente.

El cine como profeta

Hay varias piezas visuales que previeron cómo sería el mundo frente a una pandemia. Todo se enfocaba en historias que suceden solo en películas o libros de ciencia ficción. Generaciones enteras recién hoy conocen los desenlaces y pormenores de las pandemias en la humanidad, como por ejemplo el hecho de que más gente ha muerto a causa de estas enfermedades que de las grandes guerras. Y lo más terrible es que, pese al avance de la ciencia en esta era, estamos más propensos a ser afectados por la globalización. Los estados claramente han ubicado a la economía en el centro de sus prioridades, dejando en un puesto secundario el bienestar del ser humano.

Por ello, este capítulo pretende profundizar sobre el papel de las artes visuales cuando rompe con las agendas impuestas y se convierten en profetas del futuro caótico de las sociedades. Su enfoque de protesta busca concienciar a la población sobre las problemáticas sociales, económicas y políticas. Pero esto no es algo nuevo, “Kafka fue uno de los mejores profetas con el mundo desquiciado que nos presentaba y no me refiero ahora a La Metamorfosis, demasiado autobiográfica, sino a El castillo y a El proceso, por no decir a toda su obra” (Cardona). Julio Verne, uno de los escritores más importantes del siglo XIX y considerado el cofundador de la literatura moderna de ciencia ficción, predijo en sus obras emblemáticas las innovaciones tecnológicas, que para su época eran solo producto de su imaginación. En su novela París en el Siglo XX hablaba ya sobre un mundo digital, una sociedad de rascacielos, trenes bala y redes mundiales de comunicaciones, algo así como el Internet. Fue un adelantado a su época (WikiMéxico).

Actualmente, estamos frente a cientos de producciones audiovisuales que predicen un futuro inevitable. La Casa de Papel, una de las series con más visitas de Netflix, tiene una postura marca de rechazo al establishment, la concentración del poder, la inequidad. El destino ha dejado de ser incierto, la ciencia ficción prevé con más facilidad el terreno hostil al que nos enfrentamos y acercamos si no hay un cambio en las reglas de un mundo globalizado, estandarizado, consumista y polarizado. A continuación se detallan algunas películas que se relacionan con la situación crítica que vive el mundo por la pandemia de covid-19.

Contagio

La demanda de películas postapocalípticas ha aumentado considerablemente, Contagio, estrenada en 2011, es un claro ejemplo de filme predictivo, donde se muestra qué sucede cuando termina una pandemia en el mundo. Su trama se desarrolla inspirada en la pandemia. AH1N1, que tuvo su impacto en el mundo entre 2009 y 2010. Aquí se muestra el caos social cuando hay contagios masivos. Además de la incertidumbre que vive la población cuando no se conoce al virus y no se cuenta con una vacuna. Esto desencadena las medidas estrictas de cuarentena, hospitales saturados y una economía en recesión. Es una película ultra-realista que relata los problemas de salud a los que se enfrenta la humanidad.

Ensayo sobre la Ceguera

Traemos a colación el libro Ensayo sobre la Ceguera, de José Saramago, publicado en 1995. posteriormente adaptado al filme titulado Ceguera, que se estrenó en 2008. El autor relata una epidemia de ceguera y sus efectos en la sociedad. Intenta plasmar la podredumbre de la sociedad, el egoísmo de los grupos de poder y el colapso sanitario mundial. A breves rasgos describe las escenas que vivimos actualmente por la pandemia de la covid-19.

Soy Leyenda

Es un largometraje basado en una novela homónima escrita en 1954 por Richard Matherson. Su trama se basa en la pandemia del virus del sarampión que ha sido genéticamente modificado para curar el cáncer, muta de forma inesperada y causa que las personas o animales infectados se transformen en algo parecido a un vampiro. Aunque es una película netamente de ciencia ficción, enfoca situaciones sociales que vivimos en la actualidad como caos social, enfermedades psicológicas por el confinamiento, entre otras.

Bird Box

Fue una de las grandes producciones de la mega industria de streamig, Netflix. Se estrenó en 2018 con una acogida significativa dentro del mundo del entretenimiento. El filme presenta un escenario donde las personas empiezan a suicidarse a causa de una extraña fuerza. Aunque no se relaciona directamente con una pandemia, virus o bacteria, es interesante analizar su enfoque post apocalíptico que muestra los problemas en la sociedad y la afectación psicológica en la gente, lo que desencadena, en algunos casos, autolesiones y suicidios.

Dallas Buyers Club

Es una de los mejores filmes de 2013, lo que le valió el reconocimiento de los premios Óscar a Matthew McConaughey y Jared Leto como protagonistas. La película se basa en la vida real de Woodroof, fanático del rodeo, drogadicto y mujeriego. En 1986 le diagnosticaron SIDA, declarada en esos años como pandemia. Los doctores le dieron un mes de vida, y fue cuando Woodroof descubrió un negocio lucrativo, traficar con medicamentos para el VIH que todavía no eran aprobados para su uso.

A través de esta película se observa cómo las víctimas de esta enfermedad son excluidas socialmente. En la trama el protagonista es criticado por su familia y amigos, pierde su trabajo y es desahuciado de su casa. Además, abarca una nueva problemática social de la enfermedad descubierta en 1920 en Kinshasa, capital de la actual República Democrática del Congo. Narra la necesidad de encontrar algún medicamento que les prolongue la vida a los pacientes que tienen VIH, donde se evidencia la falta de acompañamiento del Estado a las personas infectadas, la discriminación y cómo se configura el negocio de la salud.

El cine y su impacto sustancial del Covid_19

El golpe a los sectores del arte visual ha sido más que significativo por las medidas de restricción impuestas. En el mundo entero los grandes equipos de filmación tuvieron que ser reducidos por los efectos de la nueva normalidad. En Ecuador el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Amenazas (COE) es el ente gubernamental encargado de emitir los protocolos para la reactivación económica de todos los sectores del país. En su página web se encuentran los manuales que se deben seguir de acuerdo a cada sector. En el caso del cine solo se hace relación a las infraestructuras de las cadenas de cines: “Protocolo de Bioseguridad en salas de cine, teatros y auditorios con butacas numeradas para precautelar la salud de trabajadores, público y proveedores de servicios”. Se detallan 17 lineamientos generales, por ejemplo cómo debe ser el desplazamiento hacia el lugar de trabajo, las medidas de distanciamiento social, las señaléticas para el público, la manipulación de materiales y equipos, compra de boletos y pagos, uso de baños, entre otras.

Sin embargo, no hay ningún documento que explique las medidas de seguridad a tomar en la producción de campo. Hay normas generales que se deben seguir que se explica en el plan general para el retorno a las actividades laborales, donde se detallan: uso de mascarilla, toma de temperatura, traje de bioseguridad, espacio para lavado constante de manos, distanciamiento físico de al menos 2 metros.

En el caso español, el gobierno sí ha trabajado en un “Plan para la transición hacia una nueva normalidad” donde se detallan las medidas de seguridad para la filmación de producciones audiovisuales. Hay protocolos para manejo de equipos, medidas de seguridad para actores y actrices que no puedan cumplir con el distanciamiento recomendado por la grabación de alguna escena. En el área de maquillaje, peluquería y vestuario se obliga a utilizar el equipo de protección adecuado, ya que el nivel de riesgo es mayor. Uno de los puntos más importantes de este plan son las condiciones para realizar un rodaje. La filmación en espacios abiertos y privados son con previa autorización; en lugares cerrados se debe limpiar y desinfectar, y con respecto a la grabación se exige que no haya una interacción directa entre actores y actrices de acuerdo a las medidas generales que tiene el país sobre la covid-19 (Ministerio de Cultura y Deporte).

Si antes de la pandemia lidiar con el tiempo ya era un problema en las grandes producciones, hoy la situación puede llegar a ser caótica y extenuante. Además que la inversión monetaria es más grande por todas las medidas de seguridad que se deben cumplir y el rédito económico no representa ganancia en la mayoría de los casos para empresas medianas y pequeñas. Se necesita más tiempo para la producción, ya no se pueden grabar todos los planos. El trabajo es más pausado, cansado y tedioso.

Respetar estas medidas parece fácil, después de ocho meses de restricciones, se conocen de memoria los protocolos. Sin embargo, cuando la gente está frente a la cámara vienen los problemas. Filmar un simple beso o abrazo se ha convertido en misión imposible. Es indudable que este virus no afecta solo al desarrollo de un proceso de producción, sino también a la calidad del producto. Los guiones deben adaptarse a la nueva normalidad, hay que reinventarse para poder crear una historia que no comprometa a actores y actrices (Daley 2020).

Volviendo al escenario ecuatoriano, el enfoque comunicacional de los medios se centra netamente en los espacios de proyección de las películas, las salas de cines. Antes de la reapertura física de estos espacios, que fue el 6 de julio de 2020 en la mayoría de ciudades del país, se trabajó en el concepto de autocine como excusa para reinventarse. El cine drive-in facilita cumplir con las medidas de seguridad. Los inicios del autocine datan en los años 30 en los Estados Unidos, pero tuvo su auge en los años 70 y 80. En Ecuador el proyecto “Soul Autocine” ha trabajado en este formato de visualización desde 2014, realizando proyecciones de cine ecuatoriano al aire libre en diferentes lugares de Quito. Cabe mencionar que en Europa y en los Estados Unidos el cine drive-in tuvo nuevamente su auge en esta pandemia (Criollo 2020).

Las salas de cine físicas han trabajado de acuerdo a las normas establecidas que mensualmente el Gobierno del Ecuador expide. Por ejemplo, su reapertura se dio con el 30% de su capacidad, después se permitió ya hasta un 50% y en algunos espacios, hasta el 70%, de acuerdo a la semaforización de cada cantón. Se cree que la pérdida económica de los cines será alrededor de 45 millones de dólares. Con respecto a las salas de cine independientes, la directora de la sala de cine independiente de Quito, “Ocho y Medio”, Mariana Andrade, explicó al medio de comunicación nacional, diario El Comercio, que para este año no hay estrenos de películas ecuatorianas y que la programación de este lugar estará enfocada al cine independiente y a festivales que necesiten el uso de las salas (Criollo 2020).

Análisis del multimedia en epidemias.

Las grandes corporaciones de streaming han sido las grandes beneficiadas por la pandemia de la covid-19. Hablar de este sistema de transmisión es sinónimo de Netflix, empresa que reportó más de dos millones nuevos de clientes y una ganancia de 790 millones en el primer trimestre de 2020, un 18,8% más que en el 2019. En septiembre de este año reportó 195,1 millones de suscriptores en todo el mundo. Su relación con Latinoamérica es importante, ya que el 12% de su facturación corresponde a esta región, lo que representa 789 millones de dólares anuales, con 36,3 suscritos (Larocca). Dentro de esta categoría de grandes corporaciones de streaming ingresan Amazon Prime Video, HBO, Disney + pero con menos impacto comercial en Ecuador.

El fenómeno Netflix entendió el concepto de desterritorialización que plantea la idea de un mundo conectado entre lo real y virtual, donde la gente es parte del ciberespacio, administradora de su tiempo. No hay necesidad de terceros en este nuevo servicio de entretenimiento. Se adaptó a la vida ajetreada de los consumidores, comprendiendo lo obsoletos que estaban los medios tradicionales, entre ellos la televisión. No hay necesidad de esperar un horario y lugar para disfrutar de su contenido. Además de que sus películas, series, documentales, entre otros, están a la carta, organizados por temáticas, género y para cada generación y gusto.

Frente a una inminente monopolización y estandarización de contenidos, las pequeñas empresas de cine en Ecuador han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías para sobrevivir en medio de la pandemia. Las plataformas de streaming han sido la opción para reinventarse, Zin.ec nace en Ecuador a mitad del 2020 de la mano del cineasta ecuatoriano Diego Araujo y otros tres colegas.

“Creemos firmemente que el cine ecuatoriano y el cine independiente latinoamericano se merece un público más allá de los festivales y merecen ser vistos en todo tipo de pantallas por un público que comparte referencias culturales e idioma” (Zine). El nombre de la plataforma está basado en la idea de un cine alternativo, no es un cine con C sino Z, es lo diferente de lo normalizado. Su modelo de negocio de suscripción o alquiler de películas permite que los ingresos se distribuyan de manera equitativa: 70% a cineastas y distribuidores y 30% para la administración y publicidad de la plataforma”. (Carchi 2020).

La segunda opción es la plataforma de streaming, Choloflix, otra de las propuestas para ver -en este caso- solo cine ecuatoriano. Los creadores son Jota Salazar y Nerea Núñez, su objetivo fue diseñar un espacio digital para recopilar películas de este país. Su particular nombre es una parodia del gigante mundo de Netflix y el término “cholo”, instaurado en la idiosincrasia ecuatoriana que se los combinó para darle un significado jocoso a la plataforma. El sitio fue lanzado a mitad del 2020 y tuvo 120 producciones nacionales, 67 mil usuarios y 43 mil visitas en dos meses. Sin embargo, en un principio no contaban con las licencias de las producciones, la página se manejaba solo como blog para redireccionarla a los links de cada película, algo que no era muy funcional para el usuario. Pero ante la buena acogida, se adquirió las licencias y se lanzó el Choloflix 2.0. donde la gente ya puede disfrutar del contenido sin salir de la plataforma. (El Universo). Su modelo de negocio está basado en la membresía de los usuarios, alquiler y en la publicidad puesta en las películas de acceso gratis.

En conclusión, los retos del cine, frente a la pandemia de la covid-19, es entender las nuevas dinámicas de la comunicación en el ciberespacio para no aislarse, o en el peor de los casos, extinguirse. Y aunque las grandes corporaciones han migrado y monopolizado también lo digital, el desafío está en conectarse con los públicos, crear comunidad, aprovechar todas las herramientas que brinda la red. Sin duda, puede sonar simplista creer que en Internet está la solución total para el cine independiente, porque es evidente que hay problemas de fondo y forma; los principales en el Ecuador son los escasos o nulos apoyos para las producciones nacionales, los reducidos espacios para la difusión, los presupuestos cortos, entre otros.

Bibliografía y Filmografía